En nuestro artículo de hoy, queremos abordar un tema tan importante como es el juego dentro de la intervención en Trastornos del espectro autista (TEA). Para ello, nos gustaría comenzar con una pregunta fundamental: ¿Juego funcional o juego simbólico: es lo miso? En la mayoría de las ocasiones, tanto los profesionales que trabajan en el ámbito de atención a niños con autismo como las familias, suelen emplear el término juego simbólico para referirse tanto al juego imaginativo como al juego funcional; pero en realidad, son dos dimensiones de juego diferentes, en las que hay diferentes mecanismos implicados que deben activarse para que la participación del niño en el juego sea satisfactoria. Además, las dificultades en el desarrollo del juego y de las interacciones con otros suele ser un una de las preocupaciones que suelen manifestarnos los papás y mamás, además de un signo de alerta de que puede existir un problema en el neurodesarrollo de los más pequeños.
Juego Funcional Vs Juego Simbólico
Para poder introducir los conceptos de juego funcional y simbólico, lo ilustraremos con un ejemplo de juego: “Pedro juega a hablar por teléfono” Situación 1: Pedro se encuentra en su casa jugando en la sala con su madre, y en su cesta de juguetes encuentra un teléfono. Lo coge, y se lo lleva a la oreja para simular que habla por teléfono. Situación 2: Pedro se encuentra en su casa jugando en la sala con su madre. Mientras juegan con sus bloques de construcción, encuentra un bloque, lo coge y se lo lleva a la oreja para simular que habla por teléfono. ¿Es el mismo tipo de juego? ¿Cuál es juego funcional y cuál es juego simbólico?
Juego Funcional
El juego funcional es aquel en el que los niños usan los juguetes o los objetos de la forma en la que están previstos para su uso; es decir, identifican cuál es la función de dicho objeto o juguete y la aplican durante sus juegos. Dentro de esta categoría podemos encontrar juegos como la “situación 1”, en la que Pedro habla por un teléfono de juguete; pero también otras situaciones como jugar a chutar una pelota, hacer una carrera con un coche, amontonar bloques, usar juegos de causa efecto adecuadamente, sentar a un muñeco a ver la televisión o usar los cubiertos para cortar un alimento, leer un libro, etc.
Juego Simbólico
El juego simbólico o imaginativo, por el contrario, implica poner en marcha nuestra creatividad, así como otros mecanismos más avanzados, simbólicos y que conllevan simulación. En este tipo de juegos, podemos encontrar la “situación 2”, en la que Pedro usa un objeto para representar otro diferente (un bloque como teléfono), asignándole una función distinta para la que inicialmente estaba previsto. También incluiríamos aquí los juegos en los que los niños simulan acciones cotidianas, pero “conceden vida” a los objetos o muñecos implicados en el juego, convirtiéndolos en agentes de acción independientes.
En ocasiones, es complicado también distinguir qué tipo de juego están desarrollando los niños en cada momento, ya que los elementos u objetos de juego (bloques, muñecos, etc.) pueden estar involucrados tanto en un juego funcional, como en un juego simbólico o en ambos. Un ejemplo de esto puede ser jugar a “bañar a la muñeca”; si el niño simplemente baña a la muñeca, usando utensilios que simulan cada objeto empleado en esta rutina diaria (muñeca, bañera, gel, esponja, champú de juguete, etc.) de la manera esperada, estaríamos hablando de juego funcional; sin embargo, éste puede transformarse en juego simbólico o imaginativo si la bañera empleada fuera un objeto diferente (como una caja de cartón) o si hay interacción de la muñeca con el niño u otros participantes en el juego: le cantamos la canción del baño, la muñeca juega a salpicarnos con el agua, nos habla mientras la bañamos o nos pide cosas…
¿Qué Tipo De Juego Debemos Potenciar En Nuestras Intervenciones En Niños Con TEA?
Teniendo en cuenta que los niños se desarrollan y aprenden nuevas habilidades a través de su participación en distintos entornos y juegos, podemos afirmar que ambos tipos de juego son fundamentales. Los juegos más básicos o funcionales, que solemos iniciar por imitación, nos sirven para potenciar la adquisición de múltiples destrezas tanto motrices como cognitivas, perceptivo-sensoriales, de comunicación y emocionales que nos ayudarán a desarrollar habilidades más complejas o superiores, que pondremos en marcha en los juegos imaginativos y posteriormente en las distintas áreas de nuestra vida, adquiriendo así nuestra independencia y autonomía.
Pero no debemos caer en la idea de pensar que cuando un niño imita acciones cotidianas durante el juego, ya está desarrollando juego imaginativo o simbólico; ya que el juego puede quedarse en una mera repetición literal de algo que han visto, sin llegar a explorar todas las posibilidades que se abren camino cuando interaccionamos con otros y con los objetos durante el juego.
Lo fundamental para seleccionar qué tipo de juego debemos potenciar en nuestras terapias, es realizar una buena valoración inicial para determinar qué tipo de juego ya ha desarrollado el niño, cuáles son sus puntos fuertes y dónde se encuentran sus dificultades individuales. De esta forma, podremos partir de sus fortalezas para trabajar en su zona de desarrollo próximo, ayudándole a adquirir las habilidades que le corresponden a continuación en base a su nivel de partida, y mejorando con ello su participación en el juego.
Palabras clave
Habilidades sociales, terapia de juego, Trastornos del espectro autista (TEA), Autonomía personal, Logopedia A Coruña, Terapia Ocupacional A Coruña, Fisioterapia A Coruña, Psicología A Coruña, Clínica de Rehabilitación A Coruña, Atención Temprana A Coruña, Neurorrehabilitación A Coruña. Trastornos del neurodesarrollo A Coruña.
Bibliografía de referencia
Mccrimmon A, Rostad K. Test review: Autism diagnostic observation schedule, (ADOS-2) Manual. 2014.
